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Nicaragua, una olla a presión política

HÉCTOR ESTEPA. Managua (Diario El Mundo) Era de esperar, pero los últimos acontecimientos lo han confirmado: la campaña electoral nicaragüense que dará comienzo mañana no será tranquila. La polarización de la calle entre los que defienden la reelección del sandinista Daniel Ortega y aquellos que la condenan está convirtiendo el clima político en una olla a presión. Hasta el punto de provocar el surgimiento de un comando armado que mantuvo bloqueados durante una semana los accesos a la costa atlántica.

Las zonas rurales han sido las protagonistas de las protestas que han agitado al país en los últimos días. Miles de campesinos se alzaron contra las autoridades electorales en el norte para denunciar que el Gobierno de Ortega no entregó los documentos necesarios para votar a miles de personas por el mero hecho de no ser sandinistas.

La tensión explotó literalmente hace un par de semanas con la colocación de una granada de fragmentación en la alcaldía oficialesta de San Fernando, donde también se registró el incendio del edificio electoral municipal, una acción reivindicada por el Comando Patriótico Nicaragüense (Copan). La misma localidad fue testigo, pocos días después, de un enfrentamiento entre opositores que reclamaban la cédula para votar y miembros del Frente Sandinista.

Los choques se saldaron con decenas de heridos. Uno de ellos fue alcanzado por una bala, disparada supuestamente por la policía «partidista» según denuncian los manifestantes.

Algunos de los líderes rurales aseguraron a la prensa local conocer la existencia de grupos armados en el norte, incluyendo a veteranos de la contrarrevolución que se enfrentó al Ejército Popular Sandinista en los años 80. Las autoridades se apresuraron a desmentir tal extremo.

La frustración llevó a cerca de mil campesinos a mantener durante una semana barricadas en las carreteras que recorren la Región Autónoma del Atlántico Norte. La protesta motivó el despliegue del Ejército y la Policía para evitar que aumentasen los incidentes. Las autoridades electorales en Siuna, epicentro de las protestas, alargaron el periodo de entrega de los documentos electorales para intentar capear la situación, pero alrededor de un millar de personas decidieron continuar con las barricadas. Tras fuertes enfrentamientos entre transportistas y campesinos, una negociación con el Consejo Supremo Electoral disolvió provisionalmente las protestas en la madrugada del martes.

Los disturbios también llegaron a la capital, Managua, y a otras provincias. Durante la procesión de Santo Domingo, la pasada semana, se produjo un tiroteo entre la policía, partidarios de la Alianza Liberal Nicaragüense y el Frente Sandinista con el saldo de dos heridos de bala. Ambos partidos y el cuerpo de seguridad se acusaron mutuamente de haber apretado el gatillo.

Da la sensación de que los manifestantes están mucho más cohesionados que sus representantes políticos, quienes acudirán a los comicios del 5 de noviembre en cuatro coaliciones distintas. Ninguno de los candidatos contrarios a Ortega, entre los que destaca Fabio Gadea, ha sido visto en el lugar de las protestas.

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